Marina

sin fecha exacta,
la olvidé en el instante en que anclaste la mirada
en mi.

Amo las veces en que cielo y mar compiten entre sí,
tratan de rompen la playa,
nos intentan ahogar.

Muero por las veces en que cielo y mar se marchan con las lunas más diurnas,
y cuando el frío truena,
o cuando nuestras noches no se frenan.

Amo las veces en que el cielo compite contra el mar,
como rompen las olas contra el horizonte,
aunque en nuestro mirar permanece intacto
la línea infinita.

Muero por esas veces en que la brisa del cielo
y las corrientes del océano
acarician tu piel,
     - tejido de mi bandera -.

Entonces mis barreras de coral se derrumban a tus pies,
y los bancos de peces te ofrecen su riqueza en forma de claridad;
y las algas y los musgos florecen a tu nado. 
 
 

Ese es el único momento en que cielo y mar se detienen,
la tierra se alza ávida creando estatuas de coral y sal
y yo logro llegar a la arena antes de naufragar.




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