Sombras

Mi sombra ya no tiene sombra:

se alimenta inanida
de penumbras de mis eclipses,
de la nocturnidad de mi titilante
melodía

se evade raída
en el polvo translúcido de las lámparas
quedando siluetas diluidas de las telarañas de cristal
que invaden mi memoria,
dejándome hueco, delicuescente
como a un fantasma.



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