Deconstrucción Poética #1. INSOMNIO DEL 36.

INSOMNIO DEL 36. Dámaso Alonso y Mariano José de Larra.

Deconstrucción de Poe Afónico.

 Madrid es una ciudad de más de tres millones de cadáveres (según las últimas estadísticas).
 Maldito si me asombro de cosa alguna. He visto tanto, tanto, tanto...
No me asombra que haya tantas gentes que vivan; sucédeme, sí, que no lo comprendo.

 A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace demasiados años que me pudro, 

Volvíame y me revolvía en un sillón de estos que parecen camas, sepulcro de todas mis meditaciones...
Quiero dar una idea de esta melancolía:

un hombre que cree en la amistad y llega a verla por dentro,
un inexperto que se ha enamorado de una mujer,
un militar que ha perdido una pierna por el Estatuto, y se ha quedado sin pierna y sin Estatuto,
un redactor del Mundo en la cárcel en virtud de la libertad de imprenta,
no comprendo claramente todo lo que veo... 

y así paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna...

Volvíame y me revolvía. Una nube sombría lo envuelve todo. ¡Silencio!
Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas.  ¡Fuera!


Y paso largas horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido,
fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Los perros ladran con aquel aullido prolongado, intérprete de su instinto agorero;
¡Silencio!
el gran coloso, la inmensa capital, toda ella se removía como un moribundo que tantea su ropa;
Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro...  

Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

¿Dónde está el cementerio?
Aquí yace la Inquisición, hija de la fe y del fanatismo: murió de vejez
Aquí yace el valor castellano, con todos sus pertrechos
 ¿Fuera o dentro?
 Aquí reposa la libertad del pensamiento.
 El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio
Aquí yace media España; murió de la otra media

por qué se pudren más de tres millones de cadáveres en esta ciudad de Madrid,

 vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia,
cada calle el sepulcro de un acontecimiento,
cada corazón la urna cineraria de una esperanza o un deseo....
Madrid es el cementerio.


por qué siete mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo...  

¡Libertad! ¡Constitución! ¡Tres veces! ¡Opinión nacional!
Todas estas palabras parecían repetirme a un tiempo los últimos ecos del clamor general de las campanas del Día de Difuntos de 2018.
¡Emigración! ¡Vergüenza! ¡Discordia!
 

¡Fuera –exclamé– la horrible pesadilla, fuera!

Entonces quise refugiarme en mi propio corazón....


Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? 

¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él?
¡Espantoso letrero! 

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

«Aquí yace la esperanza.»




 IN MEMORIAM


 

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